miércoles, 31 de agosto de 2011

Espejos


Miraba el espejo, observaba el reflejo que me daba.
Esa mañana los espejos irrumpieron en mi día ni bien me desperté, como una inspiración divina. Abrí los ojos y dije: Espejos. Me había estado preguntando todo el día previo: ¿Cómo puedo, en una sola fotografía, contar dos cosas que no son posibles de contar en un solo encuadre? Espejos. Esa era la respuesta, usando espejos.
Horas más tarde estaba ahí, adelante del espejo, observando mi cara, mis ojos, mi pelo... Y pensaba, "se me hace tarde para la facu", "tu piel es una mierda, tenés que ir al dermatólogo", "tu pelo da asco, tenés que ir a la pelu", "tus dientes están amarillos, ¿Que esperas para sacar turno en el dentista? ¡Tenés que sacarte esos brakets!". No me gustaba mi reflejo, hay algo mal en mi, ¿Cuanto tengo que odiarme para pasar 15 minutos frente a un espejo basureándome?
Entonces bajé la escalera, me serví medio vaso de Coca-Cola y me senté, prendí la tele y empecé a apretar el botón de subir canal en el control remoto, haciendo un intento de zapping, mientras mi cabeza palpitaba y sentía que el aire se escapaba de mi cuerpo, sentía como el vaso que tenía en la mano se resbalaba lentamente, pero no hacía nada para impedir que se callera De repente, paré. Estaban dando Glee, el segundo capítulo que vi de Glee, allá por enero de 2010, en el que Kurt compite con Rachel por la canción "Defying Gravity". Kurt hablaba con su padre, y le decía que se sentía orgulloso de ser quien era y que, tarde o temprano ese orgullo seria el que lo sacara de ese pueblo. Yo reaccioné más o menos en la mitad de "Proud Mary", mi cabeza me dijo: "una serie adolescente no le va a dar un sentido a tu vida, agarra el bolso y andate a cursar, hace algo, cualquier cosa es mejor que estar sentado deprimiéndote patéticamente por tu cutis". Entonces agarré firmemente el vaso antes de que tocara el piso.

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