domingo, 11 de septiembre de 2011

Dame una P, dame una A, dame una J y dame una A. ¿Que Formamos?

Concentración! Ven a mi.
Les juro, tengo problemas, no puedo sentarme a estudiar, me es totalmente imposible no distraerme con cualquier objeto inanimado/animado o con situaciones, pensamientos... Cualquier cosa me viene bien para alejarme de los libros, las fotocopias, incluso pequeñas hojas de apuntes despiertan mi más profunda vagancia.
Carlos de Temperley nos manda un SMS diciendo "Chicos la radio está buenisima, pasenme el tema Nothing In This World de Paris Hilton, sigan así, besitos", muchas gracias Carlos, ahi te va el tema:

miércoles, 31 de agosto de 2011

Llorá


Las lagrimas no salen porque si. Uno no llora porque sí. No conozco el llanto de felicidad, la felicidad se grita, el dolor se llora, quizás la belleza también puede llorarse, yo nunca vi nada tan bello como para llorar. Llorar para mi, siempre fue ese dolor en el centro del pecho, una presión tan fuerte que te hace llorar. Llorar alivia esa presión, pensalo como un globo, que se llena, y se sigue llenando, si no sacas aire el globo explota, y si no se llora el cuerpo también explota, y las explosiones nunca son en medio del campo, no, para nada, cuando una bomba explota arrastra a todo lo que tiene a su alcance, por eso no es bueno que el cuerpo explote, porque después alguien tiene que ir a juntar los restos.
Mientras estas ocupada sacándote el rímel todo corrido, o sonándote la nariz, al mismo tiempo que ensayas tu cara de acá no pasó nada, ahí, en ese momento, hay alguien juntando los pedazos después de la bomba que hiciste explotar. No importa que te hayas retocado el rímel, te hayas puesto tapa ojeras o base, o las dos cosas, puede que el mundo no sepa que explotaste, pero vos lo sabes, el que junto los pedazos lo sabe, y no importa cuánto te tapes la cara, a la cabeza no le podés pasar maquillaje. Por eso tomate 15 minutos, sentate en tu cama, y llora, desahogate, putea, llama a esa persona que sabés que va a juntar los pedazos si explotas, llamala y decile que estas llorando, decile que todo está para la mierda, que no te sale una, que te odias, decile lo que le tengas que decir, y si no sabes quién es esa persona, es fácil, agarra el teléfono y marca el primer número que se te venga, seguro es el de su casa.

Espejos


Miraba el espejo, observaba el reflejo que me daba.
Esa mañana los espejos irrumpieron en mi día ni bien me desperté, como una inspiración divina. Abrí los ojos y dije: Espejos. Me había estado preguntando todo el día previo: ¿Cómo puedo, en una sola fotografía, contar dos cosas que no son posibles de contar en un solo encuadre? Espejos. Esa era la respuesta, usando espejos.
Horas más tarde estaba ahí, adelante del espejo, observando mi cara, mis ojos, mi pelo... Y pensaba, "se me hace tarde para la facu", "tu piel es una mierda, tenés que ir al dermatólogo", "tu pelo da asco, tenés que ir a la pelu", "tus dientes están amarillos, ¿Que esperas para sacar turno en el dentista? ¡Tenés que sacarte esos brakets!". No me gustaba mi reflejo, hay algo mal en mi, ¿Cuanto tengo que odiarme para pasar 15 minutos frente a un espejo basureándome?
Entonces bajé la escalera, me serví medio vaso de Coca-Cola y me senté, prendí la tele y empecé a apretar el botón de subir canal en el control remoto, haciendo un intento de zapping, mientras mi cabeza palpitaba y sentía que el aire se escapaba de mi cuerpo, sentía como el vaso que tenía en la mano se resbalaba lentamente, pero no hacía nada para impedir que se callera De repente, paré. Estaban dando Glee, el segundo capítulo que vi de Glee, allá por enero de 2010, en el que Kurt compite con Rachel por la canción "Defying Gravity". Kurt hablaba con su padre, y le decía que se sentía orgulloso de ser quien era y que, tarde o temprano ese orgullo seria el que lo sacara de ese pueblo. Yo reaccioné más o menos en la mitad de "Proud Mary", mi cabeza me dijo: "una serie adolescente no le va a dar un sentido a tu vida, agarra el bolso y andate a cursar, hace algo, cualquier cosa es mejor que estar sentado deprimiéndote patéticamente por tu cutis". Entonces agarré firmemente el vaso antes de que tocara el piso.

domingo, 14 de agosto de 2011

I had a feeling once, that you and i, could tell eachother everything, for two months.


¿Por qué? Es lo que me pregunto cada vez que pienso en nosotros, ¿Por qué dejaste de hablarme? Creí que había algo, construí un futuro perfecto, creí en un vos y yo. Pero a fin de cuentas fue mucho yo y poco vos, soy muy crédulo, lo reconozco, pero también merezco amor como todo el mundo, y lo peor de todo es que mis 1,78cm y 54kg estaban plenamente dispuestos a amarte, solamente tenias que abrir la puerta.
Si pienso respuestas más me deprimo... ¿Seré feo? ¿Pesado? ¿Muy ignorante? ¿Se olía mi desesperación? ¿Qué tengo que no me hacía suficiente? ¿Qué?
Quizás leas esto, y te vas a reír, y quizás se lo muestres a alguien para que se rían juntos. Aunque sería muy cruel de tu parte.
Que irónico, que mientras escribo esto el iPod haya llegado aleatoriamente a Everybody Loves Me But You de Brenda Lee, a fin de cuentas, todo es una gran ironía.
En realidad no, estoy divagando, suele pasarme. Crédulo como soy, sigo esperando el café que alguna vez me invitaste a tomar, o por lo menos una explicación. 

Florence

Florence la felicidad la golpea como una bala en la cabeza. A mí, los días de perro no se me terminaron. No hay caballos que vengan. No tengo nada que ocultar, nada que callar. Solo escucho ruidos de autos, sirenas, gente y celulares. No necesito correr por mi madre o por mi padre, ni por mis hijos o hermanos. No tengo por qué dejar mi amor detrás. Porque no hay amores que dejar. Solo soy yo, caminando por la calle, con frio, solo.

Líquido


Ya pasaron semanas desde que volví, pero no sé qué decir, no me siento diferente, nunca escuche un click, quizás nunca lo escuche, quizás es todo un invento Hollywoodense, demasiados quizás. No los necesito, en este momento, más que dudas necesito certezas, porque en vez de dar dos pasos, retrocedo tres. Ahora, encima de todas las cosas, no sé quién soy, no sé si estoy haciendo lo correcto, no distingo lo bueno de lo malo. Como alguna vez canto Lilly Allen, "...that doesen't metter couse i'm packed in plastic, and that's what makes my life so fucking fantastic". Antes, en otro verso de The Fear dice, "i wanna be rich and i wont lots of money, i don't care about claver, i don't care about funny". Cada vez lo pienso y cada vez más lo acepto, soy un objeto, ya no vivo en una sociedad de humanos, sino de objetos, objetos que deben saber cómo ser, actuar, vestirse, hablar, moverse. Objetos que están definidos por los objetos que poseen, "dime qué usas y te diré quién eres", "dime qué tienes y te diré cuanto vales", si, es enfermizo, destructivo, injusto... ¿Pero que duele más? ¿Intentar convencerme de algo diferente, o simplemente aceptarlo, sacarle provecho, y vivir mi vida sin sufrir intentando convertirla en algo que nunca va a llegar a ser?. Mi madre intenta convencerme de que un corazón de oro es lo más importante que podemos tener, que sin él no podemos ir a ningún lado, pero yo no quiero un corazón de oro, quiero una Visa de oro. Pero, ¿cómo llego a la Visa de oro? ¿Estoy dispuesto a tirar mi corazón, a dar la espalda a mis valores, a mi familia, a mi hogar, a mi origen. Dejar todo a un lado y ser un hombre líquido, con un corazón púrpura, insoluble?

jueves, 21 de julio de 2011

Click

La ropa está sobre la cama, la cocina sin lavar, yo todavía ni me cambie... Faltan cosas para llenar el bolso, no se, los perfumes, las zapatillas, un par de cintos y alguna chalina. También llevo la notebook y un libro de Marilyn Monroe que estoy leyendo, es como una biografía, pero construida a través de textos, poemas y anotaciones que ella hacía.
Dicen que cuando te repetís muchas veces algo comenzas a creer que es verdad, bueno, mi cabeza no para de repetirme "Tu vida es un desastre", las 24 horas, los siete días de la semana, en algún punto me salí de foco, perdí la visión de mis prioridades, o por lo menos de las prioridades que los demás depositan en mi. En algún punto dejo de importarme lo que debería importarme, la facultad, es un ejemplo. No me quejo, tengo todo lo que puedo necesitar y más, la gente que me rodea es espectacular, la carrera me encanta, pero, al mismo tiempo no puedo evitar sentirme vacío, me da miedo admitir que las cosas están saliendo muy mal, me da miedo decírselo a la gente, que espera cosas de mí, me da miedo decirles, "Fracasé, en todo".
Creo que el humano es un ser estúpido, una vez que consigue algo lo desvalora y empieza a tramar que puede conseguir después. Este año conseguí muchas cosas, una vida de facultad, una mejor relación con mi familia, un nuevo grupo de amigos... Pero al mismo tiempo no dejo de compadecerme por lo solo que estoy, por lo injusto que es el hecho de que no tengo novio, por lo injusto que es que la única persona que me interesó me haya hecho pensar que podríamos haberlo tenido todo para luego haberme dado la espalda, sin explicaciones, sin advertencias.
Los que me rodean no paran de repetirme que mis fallas se deben a los malos métodos que tengo, quizás necesite un cambio de perspectiva, un giro, un nuevo comienzo. Pero ¿cómo frenar si mi auto se mueve a 180 por hora? ¿Cómo cambiar sin dejar algo atrás?
Hoy hago un viaje, me voy de la ciudad, me voy de esta locura de mundo, donde la regla de oro es "dime cuanto tienes y te diré cuanto vales", me voy a un pueblo, al de mi abuela, donde soy el extranjero, el de ciudad, el que tiene ropa rara y es superficial. Espero que este viaje me cambie, para bien... ¿Nunca escucharon alguna entrevista, en la que la persona cuenta un episodio de su adolescencia y lo señala como el punto de quiebre, el click, el momento en el que toda su vida cobró significado y gracias a eso logró cambiar? Yo siempre espero ese momento, espero el momento en el que mi mente me diga que es hora del cambio, que es  hora de ser mejor, de estar mejor. Aunque sé que nunca va a venir, y qué algún día yo tenga que hacer ese click por mi cuenta. Pero mientras, espero, espero el click.

jueves, 14 de julio de 2011

Irresponsable

Siempre es lo mismo conmigo, siempre todo a último momento. Dicen que vivir al límite tiene un lado excitante, la verdad, a veces se torna algo agobiante. Benjamin Franklin dijo: "No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy", siempre prensé que era un pelotudo, todo bien con que haya descubierto la electricidad y sea un padre fundador y esas cosas que aman los estadounidenses. Pero, en serio, jamás utilizaría mi tiempo para adelantar trabajo. Mal por mí, lo sé, me lo dicen todos, psicólogo, amigos, familiares, esa frase taladrante cual pájaro de Twistos "Tenés que organizarte más", acompañada de la siempre fiel "Comprate una agenda". Bien, primero que todo, es el siglo XXI, usar agenda es tan del 1999, ahora lo hot es usar iPads, iPods o simplemente lo que venga en tu teléfono. Cargar una agenda, por muy linda que sea, me resulta una estupidez, además mi escritura a mano está principalmente compuesta por jeroglíficos. Lo segundo es que todo parece una cruel ironía, mi pieza está ordenada, los archivos de mi computadora en carpetas, la música del iTunes prolija, mi persona misma destila organización. Sin embargo esto no se extiende al trabajo, no puede poner objetivos de lectura, fechas límite o cosas así. Simplemente NO. xoxo J.F.S