miércoles, 31 de agosto de 2011

Llorá


Las lagrimas no salen porque si. Uno no llora porque sí. No conozco el llanto de felicidad, la felicidad se grita, el dolor se llora, quizás la belleza también puede llorarse, yo nunca vi nada tan bello como para llorar. Llorar para mi, siempre fue ese dolor en el centro del pecho, una presión tan fuerte que te hace llorar. Llorar alivia esa presión, pensalo como un globo, que se llena, y se sigue llenando, si no sacas aire el globo explota, y si no se llora el cuerpo también explota, y las explosiones nunca son en medio del campo, no, para nada, cuando una bomba explota arrastra a todo lo que tiene a su alcance, por eso no es bueno que el cuerpo explote, porque después alguien tiene que ir a juntar los restos.
Mientras estas ocupada sacándote el rímel todo corrido, o sonándote la nariz, al mismo tiempo que ensayas tu cara de acá no pasó nada, ahí, en ese momento, hay alguien juntando los pedazos después de la bomba que hiciste explotar. No importa que te hayas retocado el rímel, te hayas puesto tapa ojeras o base, o las dos cosas, puede que el mundo no sepa que explotaste, pero vos lo sabes, el que junto los pedazos lo sabe, y no importa cuánto te tapes la cara, a la cabeza no le podés pasar maquillaje. Por eso tomate 15 minutos, sentate en tu cama, y llora, desahogate, putea, llama a esa persona que sabés que va a juntar los pedazos si explotas, llamala y decile que estas llorando, decile que todo está para la mierda, que no te sale una, que te odias, decile lo que le tengas que decir, y si no sabes quién es esa persona, es fácil, agarra el teléfono y marca el primer número que se te venga, seguro es el de su casa.

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